El matrimonio acudió el pasado sábado a una iglesia de Long Island, en Nueva York para que Max y Emme recibieran los primeros sacramentos. Según una fuente cercana a la pareja, los padres estaban muy orgullosos de que sus bebés no lloraran al ser bautizados.
Posteriormente, la pareja ofreció una recepción para su familia y amigos en su casa de Brookville.
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